El mundo cambia.
La sociedad muta.
Nosotros nos transformamos.
La educación, también.
Nada es taxativo, todo está en un movimiento constante, por lo mismo, hace muy pocos días el DEMRE en conjunto con el Mineduc anunciaron la nueva Prueba de Acceso a la Educación Superior.
Se llamará PAES y comenzará a aplicarse en diciembre del 2022. Evaluará las competencias “saber” y “saber hacer”, complementándose con distintas habilidades y conocimientos que los estudiantes vienen trabajando durante toda la Educación Media.
Para los expertos en la materia, esta nueva prueba supone un paso definitivo que apunta a la igualdad y la democratización, entendiendo la educación como un ente al que se debe tener un acceso justo y sin restricciones. Después de múltiples estudios y reflexiones, se elaboraron 5 pruebas que buscan abrir puertas y entender nuevas formas y realidades.
Las pruebas PAES son:
- PAES obligatoria de Competencia Lectora: 65 preguntas, 2 horas y 30 minutos.
- PAES obligatoria de Competencia Matemática M1: 65 preguntas, 2 horas y 20 minutos.
- PAES electiva de Ciencias: 54 preguntas módulo común y 26 preguntas módulo electivo. 2 horas y 40 minutos.
- PAES electiva de Historia y Ciencias Sociales: 65 preguntas, 2 horas.
- PAES electiva de Competencia Matemática M2: 55 preguntas, 2 horas y 20 minutos.
Además, habrá una nueva escala de puntajes que irá desde los 100 hasta los 1.000 puntos. Este cambio (que se hará efectivo a partir de la PDT de Invierno) permitirá una mayor precisión de los resultados que obtengan los estudiantes, es decir, se podrán observar con mayor exactitud las aciertos y los errores.
Los años pasan y la vida muta. De la PAA se pasó a la PSU, de allí a la PDT y ahora a la nueva prueba PAES. Si pudiésemos observar cada evaluación como un ente particular, veríamos la forma en que cada una de ellas expone la realidad educacional del país en un determinado contexto. Nada es ajeno a su tiempo social, por ende, cada pregunta de selección múltiple y sus respectivas habilidades, responde a los patrones socio-culturales de la época, viéndose en la praxis misma de cada instante el termómetro de la educación.